
Despúes de crear el espejo perfecto, los científicos españoles vuelven a la carga. A falta de presupuestos para grandes investigaciones (os cagaríais americanos si tuviesemos vuestros presupuestos), recurrimos al ingenio y a la creatividad. No es que sólo no gastamos dinero, sino que inventamos artilugios que ahorran dinero al ciudadano medio y disminuye el calentamiento global... somos la ostia! Se trata de un microprocesador que detecta cuando un aparato está en espera, y lo apaga automáticamente, pudiendo ahorrar hasta 44 euros de factura al año.
Según un estudio elaborado por la Comisión Europea, los aparatos en modo de espera o stand-by de la UE consumieron en 2005 la misma cantidad de energía que un país como Grecia o Portugal ese año. El coste ascendió a 7.000 millones de euros y supuso la emisión de 20 millones de toneladas de CO2.

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